lunes, 31 de enero de 2011

La Hija de Sión

                                     LA HIJA DE SIÓN
                                   (En el Pentateuco)

                                       Juan Antonio Lorenzo


                                                     Prólogo:
 La Nuestra no es una interpretación cristiana ni judeo-ortodoxa de las Escrituras, y específicamente del Pentateuco (los cinco primeros libros), pues no se inscribe dentro del monoteísmo masculino de Yave-Dios; el cual -incluso en el mismo texto bíblico- es tan sólo un máximo angel (superior a los ángeles-dioses paganos), al servicio del monoteísmo femenino de la Diosa o Hija de Sión, Hija-Nieta y Doncella Ella y, en consecuencia, diferente de la Mujer-Madre-Ramera u Orgiástica del paganismo (en cierto modo una idolatría de la mujer), a la que sirven los dioses-demonios de los pueblos gentiles.
 En un contexto panteísta (no inmanentista) y erótico (no materialista) (diverso del espiritualismo trascendentista y deserotizado del judeo-cristianismo), surge la Hija de Sión (feliz acuñación de los profetas-poetas Isaías, Jeremías, etc.), ostentando el título supremo de Mesías: Belleza Infinita y Personal integrando en Sí y rescatando todas las cosas, que de Ella proceden y a Ella retornan, en el acto consubstancial inefable sacro-estético-erótico de la Hierogamia, ya realizado y por realizar, eterno y temporal... en la realidad concebida básicamente como una Alianza Nupcial o Desposorio de la Diosa con el principio masculino (ángel-varón), en y solo en el cuerpo de la mujer amada o mujer-Mesías.
  En las páginas subsiguientes intentaremos dilucidar a la Diosa en el Pentateuco (y al Pentateuco en la Diosa), aquí solo nos resta -antes de explicarla- presentarla en la poesía del Cantar inmortal:

  "¡Que bella eres, amada mía,
    qué bella eres!" (4,1)

  " Me robaste el corazón,
      hermana mía, esposa,
      me robaste el corazón
      con una mirada tuya,
      con una perla de tu collar." (4,9) 

   "¿Quién es ésta que surge cual la aurora,
        bella como la luna,
        refulgente como el sol,
        imponente como batallones?" (6,10)

    "Qué bella eres, qué encantadora,
          oh amor, ho delicias!" (7,7)

   "Quién es esta que sube del desierto,
        apoyada en su amado?" (8,5)

    "Tenemos una hermana pequeña:
        no tiene pechos todavía.
       ¿Qué haremos con nuestra hermana
       el día que se hable de ella?" (8,8)

  Este libro habla de Ella...*

* Para lo cual manejamos dos versiones del texto bíblico, con sus respectivas notas.
 A saber:
 - Biblia de Jerusalén. Edición española. Desclée de Brouwer, Bruselas (Bélgica). 1967.
 - La Santa Biblia. Tomos I y II. Versión de Mons. Juan Straubinger. Club de Lectores. Bs As. 1986.


 La Biblia es el relato histórico-mitológico de la Hierogamia o Amor Esponsal (Alianza) entre la Diosa-Hija de Sión y el varón-hebreo (Abraham-Isaac-Jacob), asociado al Angel-Yavé, en el cuerpo de la mujer-Mesías judía (Sara-Rebeca-Raquel). Y a través de los hebreos la Alianza es universal.
 La Alianza hierogámica es Testamento como Testimonio escrito (Escritura) y como Ley (Torá) de conducta, grabado definitivamente en letra y en la conciencia, para cruzar con éxito "ese enorme y temible desierto" (Dt 1, 19) del tiempo, plagado de olvidos y deformaciones (ventaja frente a la mera tradición oral), y así llegar incólume a la posteridad.
 La Biblia es el libro del Ángel como Dios... pero detrás de Él, como una máscara griega, se oculta y resuena la voz silente de la Diosa, presente también, velada y simbólicamente, de distintas maneras. Por ejemplo, en el Pentateuco, ella es:

  * El Abismo Originario.
  * La Dieta Bíblica.
  * El Edén.
  * El Arbol de la Vida.
  * El Sueño Adánico.
  * El Arca de Noé.
  * El Arco Iris de la Alianza.
  * La Circuncisión.
  * La Escalera de Jacob.
  * La Zarza Ardiente.
  * La Tierra Prometida.
  * El Maná.
  * La Nube del Sinaí.
  * El Santuario o Morada.
  * El Arca del Testimonio.
  * El Santísimo.
  * El Velo.
  * El Candelabro de Oro.
  * La Ofrenda de Sal.
  * EL Humo del Holocausto.
  * EL Agua Lustral, etc.

 La máxima teofanía de la Diosa en la escritura es la mujer judía (Sara -Rebeca-Raquel), virgen, bella e histérica (virgen uteral) difícil de fecundar, exigente y transformante del varón, iniciadora de éste en el duro camino a la divinidad femenina: la verdadera y única Diosa-Hija-Doncella. Para lo cual hay que dejar el edipo y la idolatría inveterados en la Mujer-Madre-Ramera (la diosa del paganismo).
 Y es la Ley (moral y ritual) el instrumento de la Diosa para santificar al varón, a imagen del Angel-Padre, y hacerlo digno de Ella, de la Hierogamia unitiva con Ella.
 Yavé es Dios en -y sólo en- cuanto Ángel servidor del verdadero y único principio divino: La Hija de Sión, y es Padre de su primogénito Israel, sacándolo de la Ley (antiedípica-proerótica) de Egipto edípico-idolátrico. Entre el Egipto materno y la Tierra Prometida de la Bella Doncella hay una "larga marcha" de "cuarenta años" por el "gran desierto" (Dt 2,7) de la ley paterna, purificadora e iniciadora, en el amor y los misterios de la Hija de Sión.
 En el camino muchos protestan y quieren volver atras (Madre), otros morir en el desierto (Padre). Otros en cambio (Caleb-Josué) siguen adelante y pasan el Jordán (paterno), como primero cruzaron el Mar Rojo (materno), y llegan a la Tierra Prometida (Muchacha).
 Israel es el pueblo-raza de la Ley (antiedípica-proerótica) y del Libro que la contiene, porque es el elegido de la Diosa -primogénito real- para celebrar con Ella la Alianza Nupcial, en y sólo en el cuerpo de la vírgen judía (mujer Mesías). Y en Israel "se bendecirán todos los linajes de la tierra" (Gn 12, 13).